Esta semana se ha publicado el número 1 de la revista digital Xeración Ñu, en la que colaboramos con un artículo sobre el ecosistema de OpenStreetMap y que reproducimos íntegro a continuación:
El ecosistema de OpenStreetMap
¿Qué es y qué no es OSM? Esta es siempre una de las preguntas o reflexiones que planteo en las charlas sobre OpenStreetMap y a través de la que siempre explico que OSM no es un mapa. Esto suene chocar bastante ya que cuando uno entra en la web oficial lo primero que ve es un mapa, y además una de las formas más sencillas de explicar que es OSM para los más profanos es compararlo con Google Maps.
Sin embargo OpenStreetMap no es un mapa sino una base de datos que contiene información con la que entre otras cosas podemos hacer mapas. Esto, que al principio puede sonar como difícil de entender, es en el fondo muy sencillo. La principal diferencia con el servicio de Google es que a pesar de que lo que vemos es un mapa, la base de datos que hay por detrás, es libre y abierta para uso y mejora por parte de todo el mundo. Cuando uno consulta como usuario el servicio de Google Maps, lo que encuentra es un mapa diseñado por Google, con información capturada, organizada, diseñada y hecha por la compañía de Mountain View. Nosotros como usuarios de este servicio podemos consultar el mapa, pero no podemos acceder a la información que hay detrás.
Entonces, cuando pongo en el navegador www.openstreetmap.org ¿qué es lo que estoy viendo, porque yo juraría que veo un mapa, no? Pues efectivamente ávido lector, en esa url, punto de entrada al proyecto OpenStreetMap hay un mapa. Este servicio es puesto a disposición por la OpenStreetMap Foundation, la organización sin ánimo de lucro que está detrás del proyecto y que canaliza todas las contribuciones de la comunidad. Este servicio además de mostrar un mapa del mundo creado con la información que contiene la base de datos de OSM, es el punto de partida también para poder colaborar con el proyecto, editando la cartografía y los datos. Sin embargo, en esta url no está toda la información que contiene OSM, ya que mostrarla toda en un único mapa sería imposible.
Bueno, vale, OSM no es un mapa, es una base de datos, muy bien, pero entonces… ¿esto del ecosistema de OpenStreetMap que viene siendo?. A día de hoy en OpenStreetMap hay más de 3 millones de usuarios registrados, que colaboran mejorando la base de datos con sus contribuciones. Dentro de estos usuarios hay desde gente particular a organismos públicos y privados, administraciones, asociaciones o empresas. A distintos niveles todas ellas colaboran con un mismo fin común que es el de alcanzar una información cartográfica libre que cubra todo el mundo. Los diferentes intereses que puede haber detrás de cada tipo de entidad se mezclan de tal manera que en poco más de diez años el proyecto creció de manera espectacular.
A día de hoy OpenStreetMap es una alternativa fiable de datos cartográficos, que ofrece una gran cantidad de información en bruto, pero que también ofrece muchas herramientas, tecnologías y servicios que fueron naciendo alrededor del proyecto. Las tecnologías que se emplean por ejemplo para la visualización de los datos, convirtiéndolos en un mapa sobre lo que podemos navegar, las herramientas que tenemos a nuestra disposición para mejorarlo, editando carreteras, edificios, parques o cualquier otro elemento, herramientas para importar información desde otras fuentes a la OSM, mismo herramientas de validación de los datos o para crear copias de la base de datos que podamos emplear de manera particular para proyectos propios, son todas ellas consecuencia del ecosistema que nació alrededor del proyecto. Es una característica fundamental de los proyectos de software libre en los que al haber un punto común de interés, totalmente abierto en iguales condiciones para todo mundo, sea el código fuente de una tecnología o un conjunto de datos, se forma siempre un, llamémosle ecosistema, llamémosle comunidad que a partir de un interés común se retroalimenta, colabora y crece conjuntamente.
Además del trabajo netamente voluntario por parte de gente particular que se siente atraída por la filosofía del proyecto y que dedica su tiempo libre a mejorarlo, es necesario para que un proyecto colaborativo tenga éxito que otro tipo de actores participen en el mismo, colaboren a mejorarlo en el beneficio de todos y lo empleen para sus fines particulares. Es la creación de este tejido alrededor del proyecto, de este ecosistema lo que marca la diferencia para el éxito de los proyectos. En palabras de Valdis Krebs: «Connect on your similarities. Profit from your differences.» Que diferentes entidades empleen, y así lo están haciendo cada vez más, datos de OpenStreetMap para sus proyectos no hará sino que mejorar cada vez más la base de datos y las tecnologías que están alrededor, lo que su vez contribuirá a que más entidades se acerquen a OSM y lo empleen como fuente principal de información.